jueves, 3 de abril de 2025

Pantallas que educan, mentes que olvidan: la banalización del saber en la era virtual.

Reflexión 

En la era de la hiperconectividad, las pantallas han pasado de ser simples dispositivos tecnológicos a convertirse en mediadoras centrales del proceso educativo. Desde los niveles básicos hasta la educación superior, lo digital ha sido asumido no solo como una herramienta, sino como una condición misma del aprender. Sin embargo, esta virtualización del conocimiento ha traído consigo un fenómeno preocupante: la banalización del saber. Lejos de fortalecer una comprensión profunda y crítica de la realidad, muchas formas actuales de educación virtual parecen orientarse hacia una adquisición superficial de información fragmentada, rápidamente olvidada tras su uso funcional inmediato.

la presente reflxión busca cuestionar cómo, en medio de la digitalización acelerada del aprendizaje, se ha producido una transformación del saber en mercancía efímera, desprovista de contexto, profundidad y sentido. En ese marco, cabe preguntarse: ¿educan verdaderamente las pantallas, o simplemente nos entrenan para consumir y desechar contenidos con velocidad pero sin reflexión?

La migración masiva hacia entornos virtuales de aprendizaje ha generado, sin duda, beneficios como la accesibilidad, flexibilidad y democratización del conocimiento. No obstante, en paralelo, ha comenzado a instalarse una cultura del "clic", donde el conocimiento se mide por su inmediatez y capacidad de ser resumido en cápsulas audiovisuales, infografías o respuestas breves. Esta dinámica, si bien funcional para ciertos contextos, desactiva procesos como la contemplación, el análisis pausado y la construcción dialógica del conocimiento.

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han advierte que vivimos en una sociedad del rendimiento y de la información, donde los datos abundan pero el pensamiento profundo escasea. En este entorno, la educación virtual corre el riesgo de adaptarse a lógicas de consumo más que de reflexión. Se privilegia lo rápido, lo fácil, lo entretenido y lo inmediato, desincentivando la duda, la complejidad y el conflicto de ideas.

Una vacuna que se debe repensar: la educación en línea y la pandemia de la superficialidad cognitiva

Reflexión 

En los últimos años, el mundo ha sido testigo de una transformación vertiginosa en los modelos educativos, acelerada principalmente por la emergencia sanitaria global causada por la pandemia del COVID-19. En este contexto, la educación en línea fue adoptada como una solución inmediata, presentada como la "vacuna" que permitiría la continuidad del proceso educativo en medio del confinamiento y el distanciamiento social. Sin embargo, lejos de inmunizar al sistema educativo contra los males estructurales que ya lo aquejaban, esta modalidad ha evidenciado y, en muchos casos, profundizado una problemática más sutil pero igualmente peligrosa: la superficialidad cognitiva, además de profundizar y reproducir las asimetrías sociales, económicas, políticas culturales. 

Esta "pandemia de la superficialidad", caracterizada por el predominio de aprendizajes fragmentados, la dependencia excesiva de dispositivos digitales, y una relación utilitaria con el conocimiento, amenaza con vaciar de contenido el verdadero sentido de la educación. En lugar de promover el pensamiento crítico, la reflexión profunda y la construcción colectiva del saber, la educación en línea, en muchas de sus implementaciones, está reforzando la individualización, insuficiencia de sentido crítico,  ausencia de analisis y hermenéutiva social, dinámicas de inmediatez, consumo rápido de información y escasa interiorización de los contenidos.

En este escenario, surge una pregunta urgente: ¿hasta qué punto la educación digital, tal como se ha concebido y aplicado, contribuye realmente a formar sujetos autónomos y críticos, o si, por el contrario, alimenta una cultura educativa superficial y acrítica? En este sentido se busca problematizar esta tensión, analizando los límites, contradicciones y desafíos de la educación en línea como respuesta al contexto contemporáneo, y proponiendo la necesidad de repensar profundamente el modelo pedagógico digital desde una perspectiva social, ética, crítica y humanista. La reflexión es pertinente puesto que, se puede profundizar las desigualdades y en lugar de contribuir a la transformación estamos perpetuado la desigualdad.